Vespeando hasta Las Labores
Cualquier día es bueno para dar un paseo en moto, si te gusta tanto como a mí, claro.
Como otro aliciente, que mejor situación que sacar a pasear una preciosidad de 1968, una Vespa 160.
Estábamos a 2 de Agosto, y como los días anteriores y los que le sucedieron, fueron tremendamente calurosos, dicho sea de paso, como todos los años por estas fechas.
Quería evitar las autovías, que harían el trayecto más monótono y aburrido.
Me eché la cámara de fotos encima para alargar un trayecto de aproximadamente una hora y media, hasta bien pasadas las 3 horas.
LA RUTA: 127 kms. ( en el mapa aparece la distancia por autovía)
Salí de Toledo por el Valle, por Cobisa y Burguillos hasta que llegué a Almonacid de Toledo, a las faldas de su maltrecho Castillo.
Desde allí, seguí hasta parar en Mascaraque, llamado por la silueta de su Castillo. Junto a él, una elegante iglesia.
Esta carretera me la conozco bien, porque durante muchos años circulé por ella camino a mi puesto de trabajo en Villacañas.
Pero nunca había parado en el embalse de Finisterre, desviándome, en un punto intermedio entre Mora y Tembleque, un para de kms.
Era un día caluroso y quizás no fuera lo más amable para ver un paisaje secano aunque dicho sea de paso, al llegar al embalse, el paisaje se hacía menos duro con la presencia del azul del agua.
Además, el contraste entre el azul, la vegetación y la tierra rojiza, era llamativo.
En el embalse, y dado el calor que hacía, ví que había gente bañándose, para lo cual, me tuve que acercar hasta la orilla, haciendo trail con la Vespa. Es todoterreno ella.
Ya no quise hacer más trail, pero empecé a echar de menos tener una, por ejemplo, una BMW R1200GS. Así si me hubiera atrevido.
Me tuve que conformar con fotografiar el momento, curioso por cierto.
Al volver a incorporarme a la carretera de Mora a Tembleque, CM 410, justo en ese punto, al otro lado de la carretera me encontré con un Silo, construcción escabada en la tierra que era utilizada en agricultura para almacenar grano y como vivienda. Por esta zona hay bastantes, y uno de los más famosos está en Villacañas.
Me encantó el enclave y apariencia de éste.
Viendo el silo y la Vespa, parecía que nos íbamos bastantes años atrás.
Unos par de kms. antes de llegar a Tembleque, una parada para la Vespa y para mí, buscando la poca sombra disponible por estos lares.
Llegué a Tembleque, y mi gozo en un pozo.
Me hubiera gustado mucho poder fotografiar su espléndida Plaza Mayor junto con mi máquina pero no fué posible. Era verano y habían peatonalizado y montado terrazas en las calles de acceso.
En otra ocasión será.
El cansancio ya hacía mella.
Hay que reconocer que, aunque con la Vespa se han hecho viajes largos, una touring no es precisamente.
Además, eran ya más de la 13h. y hacía un calor de justicia.
El viaje hasta Villacañas, y desde allì hasta Villafranca de los Caballeros, se me hizo eterno.
Entre este último y el próximo pueblo, Herencia, crucé la autovía CM-42.
Aquí vemos la plaza desde dentro.
Estaba deseando llegar.
Las últimas fotos las tuve que echar con el móvil.
La batería de la cámara dijo basta, como la mía lo estaba haciendo también.
Pero como siempre, había disfrutado mucho.
Espero que os haya gustado.
muy chula la crónica y las fotos son alucinantes
ResponderEliminarFotos preciosas!!!
ResponderEliminarMuy buenas las fotos, dignas de un profesional.
ResponderEliminarMuy bonita la crónica Antonio. y la vespa
ResponderEliminarYa solamente atreverse en Agosto por esta tierra es de valientes. Efectivamente resulta llamativo el contraste de la tierra rojiza con el azul del agua.
ResponderEliminarBonita ruta con algunos apuntes que desconocía.
Un saludo.