Una paseo manchego hasta Consuegra

El día 29 de Noviembre amaneció fresco, más bien, gélido, por otro lado, lo que toca por estas fechas.

Ya a media mañana, la temperatura se empieza  a suavizar y el sol brilla con fuerza, pero sólo eso, porque calienta poco.

Me pudo el deseo de salir a lucir mi BMW K75, recientemente convertida en RT.
Me abrigué bien, pero pronto pude comprobar que la protección para el conductor es fabulosa con el carenado, además de notar el calorcito del aire del motor.

Salí sin destino y de pronto se me vino a la cabeza Consuegra.
Hacía varios años que no subía a ver el conjunto de los molinos de Consuegra y su imponente castillo.
Sin duda un lugar pintoresco, eminentemente manchego y, desde arriba, un balcón a un paisaje infinito.

LA RUTA: 101 kms.


Más que una ruta fué un paseito, pero muy agradable para disfrutar del paisaje, y si te gusta echar unas fotos, pues es una buena oportunidad.

Me llamó la atención que, siendo el gran reclamo de Consuegra, me estoy refiriendo al Castillo y los Molinos, si sigues las indicaciones, es realmente complicado llegar, por no decir que casi imposible.
Además, las calles por las que tienen que transitar autobuses y demás vehículos son angostas y con mal firme hasta que llegas al inicio de la subida.

Ya arriba, lo mejor es disfrutar de la vista.

Un balcón a la Mancha.


Una visión general del paraje.




En las inmediaciones del Castillo hice lo que pude para ocultar y evitar los múltiples coches y autobuses que no paraban de moverse.


Tras un buen rato, decidí descender hacia el pueblo en el cual también dispone de otros sitios dignos de pararse a disfrutar de la vista. No me quise parar mucho más, lo dejé para otra ocasión.


Íba sin rumbo, pero con la única limitación del tiempo.
Había visto muchas veces un toro de Osborne a las inmediaciones de Madridejos, y decidí acercarme a mezclar mi negrita BMW y su silueta.

Comencé a moverla para aquí y para allá.
Después, me empecé a mover yo, y bueno, comencé a echar fotos y este es el resultado.


Aquí parece que están iluminadas por una luz celestial. Je, je...


Y al mismo nivel, mirándose fijamente!!!


Camino de vuelta reparé en otro lugar que podría ser interesante fotografiar.
Se trata del restaurante El Aprisco, y no sé si actualmente, Hostal, situado en el lado ascendente de la A-4, en la salida siguiente a la 135. No está indicada, por lo tanto, si no sabes que está ahí, no lo ves hasta que no estás a su altura y posiblemente ya no te dé tiempo a entrar.
Lo que llama la atención es siempre tiene una gran afluencia, por su oferta en platos manchegos y su verdadero y conservado aspecto de antigua venta para viajeros, y que sigue funcionando como tal.
Valoradlo vosotr@s mism@s.



 


 Estaba cerca de casa y ya puestos, me embarqué en realizar una foto que desde hacía tiempo tenía metida en la cabeza.

La dificultad era meter y colocar la moto donde aparece en la foto debido a que es una tierra poco firme, y pegado a una de labranza en la que tuve que entrar para maniobrar.
Me llevé un par de sustos pero finalmente puede mantener el equilibrio de los más de 250 kgs. de la moto.
Al fin lo conseguí.


La salida fué mucho más fácil.

La ruta fué corta pero interesante por los lugares visitados.

Espero que os haya gustado.

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