Valle Iruelas-Ávila-Puertos Menga y El Pico
Es una carretera siempre atractiva, la N-403, que te lleva de Toledo a Ávila.
Además, y tratándose de un día climatológicamente perfecto para hacer kms.
Soleado, temperatura de 15º-20º, primavera... ¿a que suena bien?
VÁMONOS!!!!
LA RUTA: 342 KMS.
Me levanté pronto como de costumbre pero tenía que hacer unas cosas antes. Eso determinaría mi destino porque quería estar en casa para comer.
Se me dío bien y salía de Toledo a las 11h. dirección Ávila.
El primer tramo de autovía hasta llegar a Maqueda, donde se impone su Castillo.
Foto Ruta Puertos de Ávila |
La verdad es que viendo su Castillo en ese entorno es espectacular.
Seguí acercándome al Valle de las Iruelas para llegar a atravesar la presa.
Al otro lado de la presa, el paisaje cambia totalmente.
Se vuelve más cerrado, pero mucho más agradable y acogedor. Circulamos entre pinares.
Vuelvo a parar para disfrutar del paisaje que nos ofrece el embalse desde este lado.
No quise avanzar más y me volví para retomar camino hacia Ávila, pero antes, una foto panorámica de la zona.
Sigo avanzando por la ribera del embalse del Burguillo, lleno de casas y negocios de hosterlería. Es una pasada.
Llego hasta el otro lado del embalse donde me sorprendió que, POR FIN, están haciendo otro puente paralelo al antiguo para evitar que los vehículos que circulan por él, tengan que esperar a los que vienen en sentido contrario ya que su anchura no permite que se crucen.
Pero no podía dejar de echar la vista al otro lado para encontrarme con este precioso paisaje.
Pasado el Barraco, comienza el ascenso el puerto de La Paramera.
Es una pasada de firme de curvas, y lo mejor, hay dos carriles de subida.
Siguiente parada, la monumental Ávila.
No os podeís imaginar lo que me costó hacer esta foto. El tráfico era incesante, de coches, de turístas y demás. Por fín, conseguí que sólo saliera la muralla y la Yamaha FJR.
Qué paciencia tiene que tener uno! Ja, ja, ja!!!!
No me quise adentrar en el casco antiguo de la ciudad, entre otras cosas, porque no era el cometido de la ruta, y además la conozco bien y me gustaría volver a disfrutarla con más tiempo.
Lo que no puede evitar es subir a Cuatro Postes para presenciar Ávila desde allí.
Impresionante, como siempre.
Pues ya había llegado a mi destino, y ahora tocaba retroceder. Pero no me gusta volver por el mismo sitio. Me gusta hacer rutas circulares para poder disfrutar de otros lugares volviendo a casa.
Mientras me acercaba a Ávila había visto algunas cumbres nevadas y pensé que podían ser algunos de los puertos que en otra ocasión había visitado, Mijares o Serranillos.
Puse destino hacia Serranillos, a la vez me íba dirigiendo hacia el Sur, con el objeto de llegar a Talavera de la Reina y desde allí a Toledo.
Circulé por la N-502.
El trazado y firme es espectacular. Curvas abiertas y rápidas, firme perfecto, pero lo mejor, sin duda, el paisaje y lugares por los que íba pasando.
Podría haber parado tantas veces que todavía estaría por allí.
El campo estaba precioso. Verde, con el colorido de la florecillas y agua por todos lados.
Se notaban perfectamente los arroyos que sólo en esta época llevan agua.
Al paso por Salobrejo vi un puente en un entorno que merecía darme la vuelta.
Era un puente estrecho, de un sólo sentido, pero operativo a la circulación.
Como he dicho, era estrecho y me cuidé de dejar lo más pegada la moto para permitir el paso a otros vehículos.
Cuando ya me estaba enfundando los guantes, noté la presencia de alguien. Un tipo con cara de pocos amigos me estaba mirando con cara de pocos amigos.
Tenía espacio de sobra pero estaría cabreado por algo. Je, je...
Mi objetivo de cumbres nevadas se me íba desplazando hacía el oeste por lo que desistí de seguir alejándome de mi retorno a Toledo.
Difruté igual.
La subida, ...y bajada, de un puerto que no conocía, Puerto Menga, fue alucinante.
Y el paisaje, ...POSESO!
No sabía muy bien donde estaba. No conocía la zona.
Pero nada más dejar de descender el Puerto de Menga, y viendo lo que luego supe que era el Puerto del Pico, parecía que estaba en Asturias o Cantabria.
Juzgar vosotr@s mism@s.
Al fondo, el Puerto del Pico.
Con la hora ya un poco pegada, reanudé camino con la idea de no volver a parar hasta Toledo, pero no lo puede evitar.
El Puerto del Pico, es el Puerto del Pico.
Foto Ruta Puertos de Ávila |
Pasamos por Almorox y comenzamos a circular entre pinares, colorido y aire puro.
Se veían salir muchas carreteras de la N-403 que se adentraban en ellos y me daban ganas de meterme a la aventura.
Lo dejaré para otra ocasión. No tardaré.
Cuando llegué al El Tiemblo, donde no tenía previsto parar, ví una indicación del Valle de las Iruelas.
Me acordé de RAFAELJM (un amigo que nos dejó el año pasado) que me llevó allí 6 años atrás. Nunca había vuelto.
El paisaje desde la carretera era precioso por su colorido primaveral y el azul del embalse del Burguillo sobre el Río Alberche.
Al otro lado de la presa, el paisaje cambia totalmente.
Se vuelve más cerrado, pero mucho más agradable y acogedor. Circulamos entre pinares.
Sigo avanzando por la ribera del embalse del Burguillo, lleno de casas y negocios de hosterlería. Es una pasada.
Llego hasta el otro lado del embalse donde me sorprendió que, POR FIN, están haciendo otro puente paralelo al antiguo para evitar que los vehículos que circulan por él, tengan que esperar a los que vienen en sentido contrario ya que su anchura no permite que se crucen.
Lo malo, para los usuarios habituales de la pequeña playa, es que el puente les pasará por encima. Je, je...
Pero no podía dejar de echar la vista al otro lado para encontrarme con este precioso paisaje.
Es una pasada de firme de curvas, y lo mejor, hay dos carriles de subida.
Siguiente parada, la monumental Ávila.
Qué paciencia tiene que tener uno! Ja, ja, ja!!!!
Lo que no puede evitar es subir a Cuatro Postes para presenciar Ávila desde allí.
Impresionante, como siempre.
Mientras me acercaba a Ávila había visto algunas cumbres nevadas y pensé que podían ser algunos de los puertos que en otra ocasión había visitado, Mijares o Serranillos.
Puse destino hacia Serranillos, a la vez me íba dirigiendo hacia el Sur, con el objeto de llegar a Talavera de la Reina y desde allí a Toledo.
Circulé por la N-502.
El trazado y firme es espectacular. Curvas abiertas y rápidas, firme perfecto, pero lo mejor, sin duda, el paisaje y lugares por los que íba pasando.
Podría haber parado tantas veces que todavía estaría por allí.
El campo estaba precioso. Verde, con el colorido de la florecillas y agua por todos lados.
Se notaban perfectamente los arroyos que sólo en esta época llevan agua.
Al paso por Salobrejo vi un puente en un entorno que merecía darme la vuelta.
Era un puente estrecho, de un sólo sentido, pero operativo a la circulación.
Como he dicho, era estrecho y me cuidé de dejar lo más pegada la moto para permitir el paso a otros vehículos.
Cuando ya me estaba enfundando los guantes, noté la presencia de alguien. Un tipo con cara de pocos amigos me estaba mirando con cara de pocos amigos.
Tenía espacio de sobra pero estaría cabreado por algo. Je, je...
Mi objetivo de cumbres nevadas se me íba desplazando hacía el oeste por lo que desistí de seguir alejándome de mi retorno a Toledo.
Difruté igual.
La subida, ...y bajada, de un puerto que no conocía, Puerto Menga, fue alucinante.
Y el paisaje, ...POSESO!
No sabía muy bien donde estaba. No conocía la zona.
Pero nada más dejar de descender el Puerto de Menga, y viendo lo que luego supe que era el Puerto del Pico, parecía que estaba en Asturias o Cantabria.
Juzgar vosotr@s mism@s.
Al fondo, el Puerto del Pico.
El Puerto del Pico, es el Puerto del Pico.
Ahora sí, ya no pararía más.
Hice el descenso ligero pero con sumo cuidado disfrutando de la carretera hasta Talavera de la Reina..
Tengo ganas de hacerla en sentido contrario.
Además, tenía la gasolina suficiente para llegar sin tener que repostar.
A las 15:40h estaba en casa.
Sobre la ruta, tengo que decir que es espectacular, y más aún en primavera.
Circular por la N-403 y la N-502 es toda una experiencia en moto, no por casualidad, me crucé con gran cantidad de moteros.
En cuanto a la Yamaha FJR, pues espectacular.
Después de 5 horas en la moto, parando sólo para echar fotos (no me llegué a quitar el casco ni una sóla vez), tengo que decir que la espalda no se resintió en ningún momento. Sólo en la última hora del viaje, noté que las posaderas se hacían presentes..
Bravo por la ruta y bravo por mi montura!
ASÍ DÁ GUSTO MONTAR EN MOTO!
Espero que os haya gustado!
Felicidades, una ceónica fantástica y unas fotos alucinantes
ResponderEliminarCRONICA!!! como estoy hoy...
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